Como toda madre, la alimentación de sus hijos es una de las mayores preocupaciones. Cada día tratar de variar su dieta para lograr incluir nuevos alimentos que le aporten vitaminas y minerales necesarios para su desarrollo. Pero no es una tarea fácil. Como la mayoría de los niños, mi pequeña prefiere los carbohidratos y los dulces antes que los vegetales y las frutas. Sin embargo, a través de los años y con mucha paciencia, dedicación e ingenio puede lograr sus objetivos
Es importante aclarar que nada bueno logramos con amenazarlos con castigos inimaginables o con dejarlos horas sentados frente al plato.
Nuestro objetivo es que coman y estén sanos, no es el de crearles aversión a la comida. No es necesario volver a explicar que si un niño no quiere comer, lo peor que se puede hacer es obligarlo. “Este reforzamiento negativo hará que el niño rechace incluso los alimentos que ya le agradan, pues está disgustado al igual que los padres”. En estos casos, se recomienda retirar la comida y dar un tiempo prudencial para ofrecerla nuevamente. “No le ofrezca otro alimento y menos ese que le encanta. Recuerde que los niños necesitan autoridad y guía. Algunos niños pueden rechazar algunos alimentos, pues no les caen bien (por ejemplo, niños intolerantes a la lactosa rechazan el queso). Téngalo en mente ya que el organismo es muy sabio”.
Cada niño comerá lo justo y necesario para satisfacer sus propios requerimientos
La capacidad gástrica de los niños es proporcional a la edad, luego las cantidades son importante, 130 gramos (el contenido de un colado) a los 6-7 meses para subir luego a unos 200 gramos (el contenido de un crecidito) para al cabo de un año conseguir a unos 200 a 230 gramos de producto (el contenido de un «casero»
El postre será siempre frutas, molidas, crudas, variadas y según tolerancia. Agua de beber, estas que viene embotellada y sin gas. Nunca refresco.
No dar azúcar añadida ni sal por lo menos hasta los dos años, son conductas aprendidas y «adictivas» que llevan al sobrepeso y riesgo de circulo vicioso hacia una obesidad infantil.
Ya cuando son mas grandes use un plato de postre para medir la comida, recuerde que el estomago es un verdadero musculo que se «agranda» con los excesos y se alteran los mecanismos de saciedad