¿En qué consiste una reacción alérgica?
Millones de personas en el mundo sufren alguna forma de enfermedad alérgica y la incidencia va en aumento. Cuando la mayoría de nosotros pensamos en las alergias, pensamos en estornudos, nariz congestionada u ojos llorosos. Es una respuesta exagerada del organismo que tienen algunas personas cuando se exponen a determinadas sustancias (alergenos) del medio ambiente o cuando ingieren ciertos alimentos o medicamentos.
¿Quiénes desarrollan la alergia?
Aproximadamente 10 de cada 100 personas heredan de sus padres la predisposición a estas enfermedades. No se hereda la alergia en sí: el menor tiene que exponerse a los factores causantes de alergia para sensibilizarse. Cuando ambos padres sufren la alergia, será mayor la herencia de esta
¿Qué es lo que ocurre en la práctica?
Aunque estos son los síntomas de algunos tipos de alergias, una reacción alérgica realmente es la consecuencia de varios sucesos que se producen dentro de su sistema inmunológico.
El sistema inmunológico
El sistema inmunológico sirve como mecanismo de defensa del cuerpo contra las incontables y diversas sustancias presentes en el aire que respiramos, las comidas que ingerimos y las cosas que tocamos. Dentro de este inmenso grupo de materiales, el término «alérgeno» se refiere a cualquier sustancia que puede desencadenar una respuesta alérgica.
¿Cuáles son los más comunes?
Entre los alérgenos más comunes se cuentan el polen, moho, caspa animal, excrementos de cucarachas y ácaros del polvo doméstico.
Los anticuerpos circulan en la sangre y están presentes en casi todos los líquidos corporales. Ayudan a capturar invasores indeseables. Las personas alérgicas tienen un anticuerpo llamado Inmunoglobulina E o IgE.
Cuando los alérgenos ingresan por primera vez al cuerpo de una persona predispuesta a las alergias, se produce una serie de reacciones y se generan anticuerpos de IgE específicos para el alérgeno. Después de producirse, estos anticuerpos viajan a células llamadas células mastocitos, que son particularmente abundantes en la nariz, ojos, pulmones y el aparato gastrointestinal. Los anticuerpos de IgE se adhieren a la superficie de las células mastocitos y esperan al alérgeno particular.
Cada una con cada una
Cada tipo de IgE tiene un «radar» específico para un tipo de alérgeno solamente. Es por esta razón que algunas personas sólo son alérgicas a la caspa de los gatos (sólo tienen anticuerpos IgE específicos para la caspa de los gatos) y otros parecen ser alérgicos a todo (tienen muchos más tipos de anticuerpos de IgE).
La próxima vez que una persona alérgica tome contacto con los alérgenos a los cuales reacciona, la IgE captura los alérgenos. Esto inicia la liberación de «mediadores» químicos como histamina y otros agentes de las células mastocitos. Estos mediadores producen los síntomas de una reacción alérgica, tales como la inflamación de tejidos, estornudos, silbido al respirar, tos y otras reacciones.
El proceso se retroalimenta solo.
La reacción alérgica generalmente continúa: estos mediadores recién liberados reclutan a otras células inflamatorias a ese punto, produciendo mayor inflamación. Muchos síntomas de enfermedades alérgicas crónicas-como inflamación, exceso de mucosidad e hiperrespuesta a estímulos irritantes-se deben a la inflamación de tejidos por la exposición constante a alérgenos.
No se ha determinado definitivamente la razón por la cual algunas sustancias desencadenan alergias y otras no, ni por qué no toda la gente desarrolla una reacción alérgica después de la exposición a los alérgenos.
La importancia de la genética
Los antecedentes familiares de alergias constituyen el factor más importante que predispone a una persona a desarrollar una enfermedad alérgica. Si uno de los padres tiene alergias, el riesgo estimado de que su hijo desarrolle alergias es del 48%; el riesgo del niño aumenta al 70% si ambos padres tienen alergias.
Imágenes google y arcchivo